Ayer tuve un sueño...
Miguel de Cervantes se pasea por las Ramblas de Barcelona
en la madrugada del 23 de abril de 2013. Camina despacio entre las paradas
cerradas que albergan los libros prestos para regalar en Sant Jordi. Va
vestido con la indumentaria propia del siglo XVII: engolado en blanco y con jubón negro. Sus hombros los cubre una amplia capa del mismo color.
A pesar de
que las casetas están cerradas, su condición de fantasma le permite
atravesarlas y revisar con minuciosidad los libros preparados para la venta.