Buscar este blog

jueves, 17 de enero de 2013

CERVANTES VS WHATSAPP



Un grupo de científicos, académicos de la lengua y psicólogos de la Universidad de Liverpool han llegado a la conclusión de que leer a los clásicos dispara la actividad mental y pone en marcha el hemisferio derecho de nuestro cerebro: el de la intuición, creatividad e inteligencia emocional. Ya sabíamos que algo parecido les sucede a quienes leen y hablan una lengua diferente a la materna.
Sin haber escaneado cerebros previamente, me aventuro a afirmar que mandar Whatsapp, leer múltiples noticias en el móvil o en la tableta, no dejar de consultar los tuits y escribir varias veces al día en el muro de Facebook, no deben favorecer demasiado la capacidad de pensamiento y raciocinio del individuo.



Cuando leemos a Cervantes, Lope de Vega, William Shakespeare o Moliere, nuestro intelecto tiene que hacer un ejercicio de traducción adaptando al lenguaje actual los textos de los clásicos, además de adivinar la tesis argumental,  que en muchos casos no es tan explícita como en la literatura contemporánea.
No niego que cuando empezó la revolución de los SMS, también tuvimos (al menos a mí me pasó) que hacer ese ejercicio de traducción: “Kdmos t2 dnd siempre. XD vnt!” Tengo que reconocer que la primera vez que recibí un SMS de este tipo pensé que se habían equivocado o quien me lo enviaba estaba metido en temas de espionaje, motivo por el que recibía el mensaje en lenguaje cifrado.

Es posible que si a alguno de los enganchados en la comunicación virtual le diéramos a leer Los trabajos de Persiles y Segismundo, se quedaría tan a cuadros como yo cuando recibí el primer sms “cifrado”.

La psicóloga mexicana Feggy Ostrosky-Solís afirma que se ha demostrado que aprender a leer conforma poderosamente el sistema neuropsicológico del adulto. Los cerebros lectores entienden de otra manera el lenguaje, procesan de manera diferente las señales visuales; incluso razonan y forman los recuerdos de otra manera. Y ahora diréis que leer los comentarios de vuestros followers (a los que quizás no habréis visto en nunca y de los que desconocéis por completo sus gustos e inquietudes: que sepamos cuántos “like” han pulsado no es conocer los gustos de nadie), artículos en la red, descargarse en el móvil o la tableta  las revistas digitales personalizadas, ya es lectura suficiente para que la actividad cerebral esté a pleno rendimiento. Y si encima tenemos en las consolas los juegos que aseguran mantener el intelecto a prueba de alzhéimer, ¿qué necesidad hay de leer a los clásicos por mucho que los investigadores de la Universidad de Liverpool aseguren sus beneficios? Solo por una razón absolutamente exenta de base científica: por el placer de la lectura, sea clásica o contemporánea. 

FUENTE: Revista QUO

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión nos importa