No es necesario ser escritor, periodista o cualquier otro profesional que se gane la vida con el arte de juntar palabras, para haber sentido en algún momento de la vida el miedo a la página en blanco.
Todos recordamos cuando en el colegio nos mandaban hacer una redacción y nos encontrábamos frente a nuestra libreta de papel cuadriculado (ya no tan blanco), chupando la caperuza del boli y sin saber qué contar. Ese fue nuestro primer contacto con el abismo de qué escribir, o cómo escribir.
Si ahora te ganas la vida con la escritura o la tienes como hobby, sabrás bien de qué estoy hablando, por eso te voy a dar algunos consejos para vencer ese miedo, o al menos intentarlo. Son absolutamente personales y no se basan en ningún estudio científico-técnico, ni los avala universidad alguna.
1.- Lleva siempre una libreta y un bolígrafo donde quiera que vayas. No se sabe nunca dónde te va llegar la inspiración, pero cuando aparezca que te encuentre trabajando, como decía Picasso.
2.- Anota cualquier cosa que te llame la atención aunque creas que es una tontería. Ya habrá tiempo para el desecho.
3.- Si el color blanco te perturba puedes cambiar el fondo, y si eres de los que todavía escribe a mano: papel de color, cuadriculado, milimetrado, etc.
4.- Piensa sobre lo que vas a escribir y pon un poco de orden:
· haz un esquema sobre el argumento, personajes, escenario, si vas a escribir un relato o una novela.
· esboza un índice si te decantas por el ensayo o la literatura de no ficción.
5.- Documéntate. La documentación es imprescindible para todo aquel que se dedica a este oficio o que lo tiene como afición. Ahora Internet nos facilita la tarea de manera ostensible, pero no debemos olvidarnos de los libros, las bibliotecas y todo aquello que han escrito, escriben y publican otros, y que nos puede ayudar en nuestra aventura.
6.- Desconecta (si es posible) teléfonos.
7.- No consultes el correo cada dos por tres.
8.- Créate un ambiente propicio para la tarea:
· Pon tu música favorita, o aquella que creas que te inspira.
· Enciende velas o incienso en caso de que te guste.
· Prepárate una taza de café, té, un refresco, una cerveza, un güisqui, gintonic, o lo que te plazca. Ahora bien, de los tres últimos, SOLO UNO. Es cuestión de inspirarse, no de empedarse.
9.- Tu ambiente de trabajo debería estar más o menos ordenado, o al menos no tener a la vista cosas que te distraigan de tu tarea. Una carta del banco o el recibo de la luz en tu área de visión pueden hacer que desistas antes de empezar.
10.- LEE, LEE, LEE. Si no sigues lo que he dicho en los puntos anteriores es muy posible que escribas, que te publiquen y que te lean, pero si te saltas este último, veo difícil que ocurra lo que he dicho.
ZEN EN EL ARTE DE ESCRIBIR
Te recomiendo un libro, a mi modo de ver, inspirador e imprescindible para adentrarse en el mundo de la escritura. Es del genial Ray Bradbury. Once ensayos escritos a lo largo de su vida de manera dispersa, sin el ánimo de impartir doctrina y desde la humildad: “Zen en el arte de escribir”. El autor de “Crónicas marcianas” transmite su pasión por la escritura en este libro breve pero intenso, cuyo argumento central es la creación literaria y cómo enfrentarla día a día desde el amor por la escritura. Si a montar en bicicleta sólo se aprende montando, a escribir, sólo se aprende escribiendo.
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